Uso de Big Data e inteligencia artificial son algunos de los avances en el área.
La pandemia del Covid-19, y las mayores restricciones de confinamiento pusieron el pie en el acelerador de la transformación digital en salud, sin embargo, es un cambio que no ha estado exento de dificultades, y es que aunque los hospitales poseen importantes avances en tecnología, hay varios procedimientos que aún no se adaptan a este cambio, y todavía no se concibe del todo al paciente como sujeto digital.
Por lo anterior, para Martín Kozak, country manager de InterSystems Chile y presidente de la mesa de salud de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI), este desafío transformacional abarca dos puntos importantes. En primer lugar, indica que "es necesario tener una nueva mirada unificada de lo que es el paciente, la persona que tiene estos servicios a su disposición, que se resuelven con tecnología, porque esto permite obtener el dato del ecosistema que rodea al paciente".
Por otra parte, agrega que resulta clave entender que este ecosistema no solo involucra al hospital, sino también el hogar, la comunidad, aspectos educativos y una serie de puntos que recaban información que tienen que ver con el contexto de salud del paciente. "Esto genera una visión consensuada y una información compartida con respecto al estatus de esta persona, lo que permite generar una acción coordinada de lo que hay que hacer para mejorar la salud de este paciente", afirma.
En esa línea, el profesional indica que estos parámetros no se logran solamente desde la tecnología, ya que aunque esta permite recabar información, después se debe lograr compartir esa información usando estándares para que sea más rápida, lo que podría lograrse generando una estrategia basada en datos. Eso sí, resalta que "estos deberán ser lo suficientemente buenos en calidad y cantidad para poder implementar tecnología por encima de ellos, como predictibilidad, machine learning, inteligencia artificial y Big Data, en esa nueva era del dato".
Rompiendo paradigmas
Kozak destaca que la pandemia aceleró el proceso de transformación digital en salud, sobre todo porque “rompió el paradigma” del uso de las tecnologías, lo que aplica tanto para los pacientes como para los prestadores o quienes deben usar estas tecnologías.
Lo anterior, afirma, “generó una adopción muy acelerada de la tecnología, pero con dudas con respecto a cómo continúa esta adopción para que sea beneficiosa, duradera en el tiempo y sustentada desde un punto de vista estratégico y financiero”.
El próximo desafío consiste, entonces, en continuar adoptando tecnologías, lo que necesitará de procesos optimizados, incluir nuevos roles de trabajo, generar códigos de prestaciones que tengan que ver con la telemedicina, crear nuevos mecanismos de pagos, entre otros. En línea con lo anterior, añade que, a partir de la transformación digital, por dispositivos móviles, “las personas pueden capturar y enviar imágenes, audios y exámenes con el beneficio de que grupos de riesgo, como adultos mayores o pacientes crónicos, accedan a un diagnóstico en línea, oportuno y rápido, siendo, incluso, derivados con un especialista en caso de ser necesario”.
Desde la mesa de salud de ACTI, Kozak precisó que se está liderando un trabajo conjunto para conocer los lineamientos que debe seguir la estrategia digital a futuro en el país, bajo dos focos principales: “El primero es asegurar la continuidad, con una mirada a largo plazo y que traspase gobiernos, pero que además incorpore éxitos de corto y mediano plazo, sostenibles y escalables en el tiempo”, afirmó, agregando que “el segundo tiene que ver con generar una institucionalidad y autonomía al desarrollo de estrategias digitales de salud para Chile”. Este 2021 deberá quedar planificada la estrategia del próximo decenio 2021- 2030, para la que ya se está trabajando con autoridades locales, asegura.
¿Qué pasa con la confidencialidad?
Tomando en cuenta la importancia que recae en la salud, y la necesidad de que prime siempre la confidencialidad, Kozak indica que el incentivo para adoptar tecnologías debe ser una política de Estado.
Esto, detalla, “con una institucionalidad propia y con una visión de largo plazo en la cual el paciente esté en el centro y lo que busquemos es el resguardo de esta información por medio de una seguridad adecuada”.
Para asegurar esta confidencialidad, será fundamental utilizar estándares, ya que estos “permiten garantizar el tipo de información y formato en que se envían los datos, junto a protocolos de seguridad asociados”, subraya.
No obstante, repara en que también se debe considerar la gestión de los consentimientos de la información que autoriza, o no, para el uso de los datos en salud. Para lo anterior, explica que hay dos formas de congeniar la transformación digital y la seguridad de los datos con el paciente: “Una es la aplicación de estándares para compartir y segmentar este tipo de información, y la segunda es que la persona esté informada debidamente mediante la gestión de los consentimientos. Así es como se puede gestionar la confidencialidad en salud”, afirma. Incluso, asegura que será la digitalización la que dará mayor resguardo a la información, “ya que permite que esta sea auditada y consensuada con el paciente de una manera mucho más estricta”.